Retomando el tema sobre la severidad de las penas y el nuevo (y observado) Código Penal Dominicano, el profesor Eduardo Jorge Prats escribió lo siguiente, el pasado 28 de Noviembre en El Hoy (http://hoy.com.do/vale-la-pena-el-codigo-penal/autor/eduardo-jorge-prats/):
“Por eso no han faltado los juristas que han calificado de populista la pieza legislativa, aludiendo principalmente al aumento de la pena de prisión de 30 a 40 años, técnica que, como está harto probado no contribuye a reducir la criminalidad pero que, sin embargo, sí sirve para saciar el hambre de castigo de las masas (des)informadas por la prensa y asustadas por la expansiva percepción de peligro, miedo e inseguridad que irradian los medios de comunicación”.
Como una de las figuras más importantes del neoconstitucionalismo hispanoamericano, el Prof. Eduardo Jorge Prats es sumamente influyente en República Dominicana. Ha sido crítico de lo que él denomina el “populismo penal”. Sin embargo, el profesor Jorge-Prats –quien también tiene conocimientos sobre Derecho y Economía– sabe muy bien que existe poca evidencia que vincule que penas más severas reducen la criminalidad. El quid del asunto, en las propias palabras de Jorge Prats, es que:
“El Código, si bien no elimina –ni puede eliminar- las causas sociales del crimen ni la criminalización de la pobreza (…)”
La causalidad o variable perdida que los legisladores y la sociedad civil dominicana están perdidamente buscando para poder reducir la criminalidad puede no estar en aumentar las penas, ni en instaurar la pena de muerta o simplemente salir a linchar a los criminales… por eso hay que combatir el déficit de conocimiento en el diseño de políticas públicas.
El diseño y la formulación de políticas públicas no se pueden improvisar. Como Regla de Oro, si una solución normativa suena como un cliché-es decir, como una idea común, harto repetida o formularia, es probable que esté errada.
Si la solución fuera tan sencilla como aumentar las penas… no necesitaríamos legisladores.