El debate en torno al aumento de los impuestos se ha enfocado mucho en la calidad del gasto público. Sin embargo, quiero llamar la atención a otro tipo de gasto: el llamado gasto tributario. Esto no es más que el dinero que el Estado deja de percibir producto de las exenciones fiscales que otorga. Es decir, es el costo de oportunidad que representan los incentivos tributarios para el Estado. El tema del gasto tributario es tan importante, que en su reciente discurso el Dr. Leonel Fernández se refirió a ello cuando sugirió que las recaudaciones del Estado Dominicano se han desplomado producto del libre comercio.
Un estudio técnico de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) de finales de 2011, resalta muchos datos interesantes sobre el gasto tributario. El informe se llama “Gastos Tributarios en República Dominicana: Estimación para el Presupuesto General del Estado del año 2012” (disponible aquí: http://www.dgii.gov.do/publicaciones/estudios/Documents/GastoTributario2012.pdf). El informe fue parte integral de los apéndices del Presupuesto del año 2012. También creo que este estudio sirvió de fundamento para determinar los impuestos que se crearon (y las exenciones que se eliminaron) con el aumento tributario.
La DGII determinó que para el 2012, el gasto tributario ascendería a 5% del Producto Interno Bruto (PIB). Esto equivale a aproximadamente DOP 118,882.7 Millones. Por cada tipo de tributo, la DGII desglosa ese 5% de gasto de la siguiente manera:
TRIBUTO |
% PIB |
Impuesto sobre la Renta |
0.51% |
ITBIS |
3.15% |
ISC |
0.13% |
Hidrocarburos |
0.49% |
Arancel |
0.09% |
Patrimonio |
0.63% |
TOTAL |
5.0% |
Lo primero que salta a la vista es que aún eliminando la totalidad del gasto tributario (5% del PIB) el Estado Dominicano hubiese tenido un déficit fiscal de alrededor de 3% del PIB. (Asumiendo que el déficit del año termine cerca de 8% del PIB, entonces 8%-5%= 3%). Los técnicos de la DGII sueñan con eliminar este gasto tributario. En su mundo fiscalista, esta fijación se llama el “Sistema Tributario de Referencia”. Esto no es más que la capacidad recaudatoria que existiría si todos los incentivos se eliminaran.
Por alguna razón que no entiendo bien, en el informe los técnicos calculan “las concesiones otorgadas por los tratados de libre comercio (y la) cláusula de habilitación para tratamiento especial NMFprevista en los textos jurídicos de la OMC (…)” como parte del sistema tributario de referencia. Creo que de ahí surge la “peregrina tesis” de que el libre comercio nos ha llevado al abismo fiscal actual. Viendo la distribución de la tabla, esto no parece muy cierto. Además, creo que esto es inconsistente con los compromisos comerciales internacionales que nuestro Estado ha asumido. Cualquier intento de cambiar esto nos podría traer sanciones económicas significativas en los organismos multilaterales de comercio o bajo jurisdicciones arbitrales.
Lo más lamentable es que aparentemente, la “fuga de gas” está en el ITBIS. El más regresivo de todos los impuestos, pero también el más fácil de aumentar (en cuanto a su base y su tasa). Por esto creo que el gobierno asumió la vía fácil de recaudar más a través de una política bastante regresiva que perjudica principalmente a los más pobres y a la clase media.
No quiero abundar mucho teorizando. Pero el informe de la DGII tiene un gráfico interesante que muestra la distribución del gasto tributario del 2012, por sector beneficiario. De ese 5% del PIB que se perdería en el 2012, tres sectores aglutinaban el 74.1% de las exenciones (casi ¾ partes del beneficio). Estos tres sectores beneficiarios son: Generación Eléctrica (35.8% del gasto tributario), Zonas Francas (30.8% del gasto tributario) y Contratistas y Concesiones del Estado (7.5% del gasto tributario).
Otros renglones importantes del gasto tributario estimado del año del 2012 fueron: las asociaciones sin fines de lucro (6.4% del gasto tributario), el sector industrial (5.1% del gasto), desarrollo fronterizo (4.5% del gasto tributario) y algunas instituciones públicas (2.3% del gasto tributario).
Mi reflexión es la siguiente: si estos sectores representan la mayor parte del “escape de gas” del gasto tributario, ¿por qué rayos no se le aumentaron los impuestos a ellos?
El gobierno salió a buscar lo fácil y a “chelear”. Se propuso aumentar la base de ITBIS a los alimentos que estaban exentos (gasto tributario de 1.21% del PIB), cobrar el impuesto a las compras por Internet de los “burguesitos” (0.21% del PIB) (este se eliminó recientemente), cobrar el ISC del Telecable (ínfimo gasto estimado de 0.04% del PIB) a la clase media, y cobrar el odioso impuesto de 10% a los intereses de los depósitos bancarios y las inversiones en el mercado de valores de las personas físicas (en conjunto, un gasto tributario estimado de apenas 0.04% del PIB). Claro, también se crearon otros tributos más ingeniosos con la finalidad de aumentar el caudal recaudatorio.
En parte, por este cheleo en la calibración del gasto tributario es que muchos economistas dicen que (si no mejoran/ reducen) el gasto público, en menos de 24 meses habrá que aumentar o inventarse nuevos impuestos. También, por usar el ITBIS como salida fácil es que la población (mayormente la clase media y los más pobres), repudia el paquetazo tributario. Sobre todo porque existe la concepción de que la mayor parte del gasto público del 2012 (gasto tributario + gasto corriente y de capital) se originó producto de los esfuerzos reeleccionistas del partido oficialista.
No entiendo bien por qué debemos priorizar los incentivos fiscales de los Contratistas del Estado, por ejemplo. Es conocido que este es uno de los renglones más propensos para fomentar la corrupción administrativa. Igualmente, otros sectores como “Instituciones Públicas” incluyen los beneficios que atañen directamente a los funcionarios públicos (como las exoneraciones de los legisladores). Si los congresistas quieren que la población “se apriete el cinturón”, ellos deben comenzar renunciando a sus exoneraciones. Es harto conocido que muchas de estas exoneraciones se venden para facilitar la importación de vehículos de lujo. Lo cual no sólo representa un subsidio nuestro hacia los legisladores, sino que además les genera jugosos beneficios tan burdos y escandalosos que para mi son evidencia de corrupción.
Por ejemplo, en el 2010 un honorable legislador importó un Mercedes Benz Maybach que nos costó casi DOP 10MM de pesos de gasto tributario. Otra honorable importó un Rolls Royce Phantom con su exoneración. ¡Un gasto estimado de DOP 5.3MM! ( La lista completa está disponible aquí: http://www.acento.com.do/index.php/news/5417/56/Gobierno-perdio-mas-RD-266-millones-por-exonerar-127-vehiculos-a-legisladores.html).
Hay que velar porque mejore la calidad de todo el gasto público. Incluyendo el gasto tributario.