El Jefe de la Misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) que actualmente se encuentra en nuestro país, cometió una perogrullada hoy. Vaticinó lo obvio. Dijo que en República Dominicana la situación “no es fácil”. Cosa que muchos dominicanos y dominicanas saben desde hace tiempo. El oficialismo no lo puede ocultar. Estamos apalancados hasta los dientes. El gasto debe reducirse, y los impuestos aumentarán. Parece que abrieron una lata de gusanos con su visita.
Miren lo que salió en la rueda de prensa del FMI del pasado 13 de Septiembre:
“On the Dominican Republic, I can say that as our mission chief stated earlier this week in Santo Domingo, the mission is currently taking stock of recent economic developments in view of preparing the ground for post-program monitoring and Article IV discussions. We do not have a program at the moment with the Dominican Republic.
The authorities have indicated that the Article IV report could serve as a basis for further talks on an eventual program. And of course just to try and respond to the question a bit more directly, the mission will be looking at issues of the Dominican Republic’s fiscal and external situation as well as the overall growth scenario during the mission.”
Aparentemente, ya no hay fórmulas mágicas ni Consenso de Washington (como se conocía cínicamente al recetario del FMI hace unos años). Pero del Consenso a la Perogrullada de Santo Domingo hay otro déficit: uno conceptual, muy grande.